miércoles, 9 de septiembre de 2009

IN FINE.


Vaciaste los bolsillos de todas tus cosas.

Un peine, monedas,

una libretita que ya no usarías,

un pañuelo, un sueño,

y cuatro bolitas que desde hace mucho

esperan en vano el hoyo y la quema.


Encontraste al fondo una tiza sucia.

Con ella, en la calle...

(ya ni recordás que nombre pusiste).


Desde la ventana de aquel sexto piso,

fuiste a la cornisa con mucho cuidado

(es indecoroso para los suicidas

en un accidente terminar su vida).


Dejaste la ropa en la canaleta

y desnudo

y blanco,

(tal como naciste)

alzaste los brazos

como si imploraras a una inexistente

y cruel divinidad.

Y no te animaste.


Casi con vergüenza te vestiste lento,

bajaste despacio,

metiste las cosas donde estaban antes:

el peine, bolitas, recuerdos y sueños...

y con un balazo te partiste el seso.



Autor: Ernesto (de “Naufragios y otras soledades”)