Nel mezzo del cammin di nostra vita
mi ritrovai per una selva oscura,
ché la diritta via era smarrita. Dante
En torbellino quieto, la templanza
había ya escapado entre las sombras,
buscaba de la vida la fragancia
y el eco de la voz que a Beatriz nombra.
No sé si
allí mi vida promediaba,
o si era
ya el final, o el nacimiento.
pero un golpe
mortal me despeñaba
hacia el
camino triste del tormento.
Mi alma,
en aquella selva estaba mustia,
cuando a
la luz del sueño vislumbraba
los pasos que
llevaban a la angustia.
Atrás
quedaba el alma con sus miedos,
adelante
el miedo me esperaba
entonces,
sin dudar, avancé ciego.
Ilustración de Gustave Doré (1832-1883)