miércoles, 21 de marzo de 2012

FLASH


Una luz del pasado atravesó mi verso
derramando en espuma
los fantasmas del tiempo.

Autor: Ernesto (de “Sin etiquetar”)



martes, 20 de marzo de 2012

DECEPCIÓN


Cada uno encontró en el otro, cosas perdidas y olvidadas. Ocultos por la noche, oyeron sus palabras recuperando ecos que fueron voces.
Se abrazaron sin verse. Recogieron el dolor y lloraron. Festejaron con risas el reencuentro. Se amaron infinitamente en el espacio sideral.
–Te esperaré cada día de mi vida– dijo ella
–No me iré nunca– dijo él.
Entre la penumbra pretérita y las luces presentes, las palabras sonaron tan huecas como el árbol donde fueron talladas.
Se arrinconó la retórica ante la cruda realidad
–No te creo. Todos me han abandonado. Me dejarás como ya me han dejado.
Lo obligó a cumplir la que creía era su misión divina.
Entre las lágrimas, Ariadna lo vio partir, como vio una noche partir a Patsifae.
Con un ovillo en las manos, entró Teseo a buscar su pretendido destino redentor.
¿Habrá quedado ella esperando en la punta de aquel hilo?
¿Sigue abierto el laberinto?

Autor: Ernesto (de “Ariadna, Teseo, el Minotauro y su laberinto”)

viernes, 16 de marzo de 2012

SI…


Si pudiera decirte,
si pudieras decirme.
Si no nos acompañáramos en la tragedia diaria,
no hurgaríamos el cielo buscando nuestras huellas.
Apretaríamos el ahora como si fuera un siempre
liberando en secreto al frustrante pasado.

Si no contuviéramos los impulsos
ni acalláramos nuestra boca de verdades ocultas,
ni añorara tus manos
ni extrañaras mis versos,
tendríamos de voces cubiertas nuestras noches
y caricias extremas cubrirían los cuerpos.

Si no fuera tan yo y no fueras tan otra,
si no fueras tan verso y no fuera tan garra,
si fuera valeroso, si fueras inerme,
si fuéramos cobardes,
¡seríamos tan nuestros…!

Seríamos tan cerca.
      Serías tan mía.
             Sería tan tuyo.
                 Seríamos.
(si fuéramos)

Autor: Ernesto (de “Naufragios y otras soledades”)

jueves, 15 de marzo de 2012

SADOMASOQUISMO


Se encuentran
    se hablan
         se miran
            se seducen
se ladran
    se traicionan
        se muerden
y se besan.

Se mienten
     se trampean
         se confiesan
se aman
     se odian
         se construyen
se abrazan
       se acorralan
y destruyen.

Se recuerdan
     se pegan
         se silencian
se atropellan
       se ofenden
            se acarician
se sueltan
       se olvidan
y se adoran.

Un paso más allá
está la muerte



Autor: Ernesto (de “Naufragios y otras soledades”)
Imagen: "Amantes" de Frank Gaitán

miércoles, 14 de marzo de 2012

MOISÉS


Nada a mi alrededor,
sólo el desierto 
dentro de mí
un gran vacío.

Viento y arena que se desgrana
vacío alrededor,
desierto dentro.

Palabras talladas vanamente
recuerdos futuros
hechos de arena.
Viento y vacío.
Desierto y nada

Muerte sin cielo.

Autor: Ernesto (de “Poemas Bíblicos”)

martes, 13 de marzo de 2012

AJENO 12


Tenía una profesora que solía traernos poemas de escritores ignotos. Entre ellos recuerdo a uno: David Álvarez Morgade. No sabía ella quien era y sólo mucho tiempo después supe por gracia de doña Internet, que fue un gran poeta porteño que murió en 2002.
La noticia biográfica la pongo al final.
Quiero rescatar hoy su recuerdo y la de mi profe, Victoria Eugenia Ros de Candia, con estos versos que perduraron en mi memoria casi medio siglo, aunque no conozco su título, ni la doña me lo dice:

Dame un beso triste,
por todo lo que he sido,
por todo lo que fuimos,
por todo lo que fuiste.

Dame un beso de olvido
(nunca nos despedimos)
la tarde que me fui estaba herido
y tenía la boca agriada de racimos.

Tú, que al recuerdo tantas veces volviste,
dame un beso triste:
por lo que he sido,
por lo que fuimos,
por lo que fuiste.

Autor: David Álvarez Morgade (1922-2002). Poeta y cuentista nacido en la Capital Federal y fallecido en Ingeniero Budge, provincia de Buenos Aires. Colaboró en el diario "La Prensa" y en "Para Ti", revista donde publicó sus cuentos con diversos seudónimos. De bohemia inveterada, perspicaz observador de la ciudad y su gente, "creía en el valor de las palabras y en la libertad, lo cual lo hizo proclive a los desencantos", como anotan sus compiladores en la edición de sus poesías completa (2008): "Sinfonía de arrabal", "Radiante sinfonía", "La cena de los tigres", "Sal y fósforos", "El nómade", "Alguien espera en el andén", "Poemas de la azotea", "Poemas en movimiento", publicadas póstumamente.