Tenía una profesora que solía traernos poemas de
escritores ignotos. Entre ellos recuerdo a uno: David Álvarez Morgade. No sabía
ella quien era y sólo mucho tiempo después supe por gracia de doña Internet,
que fue un gran poeta porteño que murió en 2002.
La noticia biográfica la pongo al final.
Quiero rescatar hoy su recuerdo y la de mi profe,
Victoria Eugenia Ros de Candia, con estos versos que perduraron en mi memoria
casi medio siglo, aunque no conozco su título, ni la doña me lo dice:
Dame un beso triste,
por todo lo que he sido,
por todo lo que fuiste.
Dame un beso de olvido
(nunca nos despedimos)
la tarde que me fui estaba herido
y tenía la boca agriada de racimos.
Tú, que al recuerdo tantas veces volviste,
dame un beso triste:
por lo que he sido,
por lo que fuimos,
por lo que fuiste.
Autor: David Álvarez Morgade (1922-2002). Poeta y cuentista
nacido en la Capital
Federal y fallecido en Ingeniero Budge, provincia de Buenos
Aires. Colaboró en el diario "La
Prensa"
y en "Para
Ti", revista donde publicó
sus cuentos con diversos seudónimos. De bohemia inveterada, perspicaz
observador de la ciudad y su gente, "creía en el valor de las palabras y
en la libertad, lo cual lo hizo proclive a los desencantos", como anotan
sus compiladores en la edición de sus poesías completa (2008): "Sinfonía
de arrabal", "Radiante sinfonía", "La cena de los
tigres", "Sal y fósforos", "El nómade", "Alguien
espera en el andén", "Poemas de la azotea", "Poemas en
movimiento", publicadas póstumamente.