Con un pequeño comentario previo
En la antigüedad, el destierro era la mayor pena a la que podía condenarse a un hombre. El dolor del desterrado está reflejado en este pequeño fragmento de Emilio Prados (1899-1962)
Romance del desterrado
¡Ay nuevos campos perdidos,
campos de mi mala suerte;
ahí se quedan los olivos
y tus naranjos nacientes;
brilla el agua en tus acequias,
surcan la tierra tus bueyes
y yo cruzo tus caminos
y jamás volveré a verte.
Autor: Emilio Prados