martes, 12 de agosto de 2008

UNA PALABRA


Fue un cauce fluvial.
Un río de ternura.
Un beso pasional.
Un largo abrazo
temido y deseado.

Y ahora te amo.
En esa mezcla de amor,
de indiferencia,
de amistad,
de vecindad circunstancial,
de confidencias.

Debería despojarme del pasado,
desalojar de vos todas mis sombras
y penetrarte
desnudados los dos de nuestros miedos.
Sólo vos y yo, sin circunstancias.

Pero temo.
No se si despojados de la piel
seremos algo.

Autor: Ernesto (de “De Humor y de Muerte”)

1 comentario:

Anónimo dijo...

A veces cuando leo estos algunos de sus versos tan románticos me pregunto quién será su musa, dichosa la que puede inspirarle semejantes palabras (digo "palabras" porque no encuentro otro signo que pueda describirlas)
Marina