lunes, 25 de agosto de 2008

AJENO 4

Con un pequeño comentario previo
En la antigüedad, el destierro era la mayor pena a la que podía condenarse a un hombre. El dolor del desterrado está reflejado en este pequeño fragmento de Emilio Prados (1899-1962)

Romance del desterrado
¡Ay nuevos campos perdidos,

campos de mi mala suerte;

ahí se quedan los olivos

y tus naranjos nacientes;

brilla el agua en tus acequias,

surcan la tierra tus bueyes

y yo cruzo tus caminos

y jamás volveré a verte.


Autor: Emilio Prados

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