Decía Borges que lo bueno de publicar es que no tenemos que seguir haciendo correcciones. No tiene esa característica el publicar en un blog. Nunca terminaremos de hacer correcciones y nunca será la última selección
miércoles, 15 de junio de 2011
AVARICIDAD
Dilapidé oportunidades. Por eso no pude regalar riquezas.
Autor: Ernesto (de “Naufragios y otras soledades”)
¿Tendrá algún sentido volver a tipear, los versos escritos en otros tiempos? Después de tanta agua pasada bajo el puente, después de tantas vidas que se fueron, de tantas cosas que murieron, de tantos recuerdos que se perdieron, uno llega a decirse como Manrique:
"Recuerde el alma dormida,
avive el seso y despierte,
contemplando
cómo se pasa la vida,
como se viene la muerte, tan callando.
Cuán presto se va el placer,
como después de acordado da dolor,
cómo a nuestro parecer,
cualquiera tiempo pasado fue mejor."
Como iré a decir más adelante, el tiempo, que es un chantajista, me cobró con años un pasaje de ida. Y vuelvo a recordar a Manrique
"Los placeres y dulzores
de esta vida trabajada
que tenemos,
no son sino corredores,
y la muerte la celada
en que caemos.
No mirando a nuestro daño,
corremos a rienda suelta sin parar,
desque vemos el engaño
y queremos dar la vuelta:
no hay lugar"
Salvo que mi autoproclamada longeva vida de ciento cincuenta años se haga realidad, supongo que la casa que Dios me ha preparado ya está más cerca de mí que la casa paterna de la infancia. Eso da a las palabras vertidas hace tanto tiempo un tono histórico que acaso justifique el darlas a conocer, más como agradecimiento al Creador por todo lo que me dio, que como reproche por las pequeñas amarguras sufridas. Aunque entre éstas deba lamentar tantas ausencias. Quizás releer estos versos será traerlos nuevamente a mi vida.
La Reja, año del Señor de 2007.
Restitutor ruinarum
…te llamarán "Reparador de brechas", "Restaurador de moradas en ruinas".
De mis 72 años, 66 los viví en el mismo barrio de La Reja, 46 de ellos casado con Laura. Tengo 4 hijos y 8 nietos.
Orgullosamente fui catequista del Instituto Fahy y de las parroquias Santa María de Guadalupe (Moreno) y Cristo del Perdón (La Reja).
Y si tuviera que definirme diría:
No soy tan bueno como debo, ni soy tan malo como quiero: soy como puedo.
Pero no digo nada
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