Casi sin
nombre, uno como tantos,
anticipo y
pasado, fiesta y duelo,
austeridad
sin límites, consuelo,
de
aquellos que luchan por ser santos.
Abrigo de
dolores y de llantos,
profeta
anunciador, copia y modelo,
bautismo y
anuncio que del cielo
presagia
la dicha y el quebranto
Último
profeta y primer testigo,
mártir que
sin razón dio su cabeza
como
escarmiento… y como castigo
Es dedo
acusador y fortaleza,
sombra,
rayo de luz, rey y mendigo,
una voz,
un clamor y una certeza.
Autor: Ernesto
(de “Sonetos”)
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