con serrucho y álamos
a amarte.
Ahora mismo,
ya,
en este preciso instante.
con sábanas,
sin piernas.
Con piyamas y despertadores ululantes
te amo YA
y es cierto.
Con un hombre-roble detrás de cada oreja,
tengo un YA perpetuo
en tu espesura.
No sé si corresponde
que también las paredes tengan el brillo actual.
Pero detrás de verticales y de rejas
estás,
aunque aún no sé quien sos.
Es la única forma de amarte pura.
Ahora,
que no
existís,
con tu pureza
de mujer
inexistente.
Y si los roperos no pueden decir
atrás, basta, ahora, selva y rojo,
tengo tu presencia de álamos antiguos
y tu inexistencia
de rojo inevitable.
Y si subimos después,
cuando ya todo sea
ahora,
tal vez te conozca y
¡No! ¡No quiero!
Porque volverías a ser.
(o comenzarías a ser.
Depende de mí,
de vos, de los roperos,
las sábanas, los piyamas
y acaso también de los serruchos
y de los hombres-robles
colocados detrás de cada oreja).
Por eso,
como te dije ayer
–
o
ahora, no sé bien –
como te dije, digo,
dejame amarte
así, sin conocerte
y sin tener tu purimpureza
de purezas entregadas a un papel.
Aunque detrás de tu existencia
haya álamos,
serruchos, verticales
y un rojo inevitable
detrás de cada oreja.
.................................................
Te vi llegar mañana.
Acusaba tu pelo negro
una pequeña prominencia de nariz pequeña,
un pequeño hueco de pequeña boca
y un tembloroso fulgor
de ropas sueltas.
Mañana nomás te quise
¡Si parece que fue ayer!
(O ahora, no sé bien)
Y parecía que de veras hubieras existido
Recuerdo un caluroso verano
De proposiciones subjetivas
Y verbos pluscuamperfectos.
Todo era sencillo en aquel verano
del año sesenta y dos,
noventa y seis,
o tresmil cuatro.
Todo HUBIERA SIDO sencillo,
mejor dicho,
si no existiera este hoy
estorbando el paso de mañana.
¡Siempre impidiendo
la unión de ayer-mañana!
¡¡Maldito sea!!
No.
No debo maldecir aún,
debo decir como dije mañana:
todo hubiera sido sencillo
de no existir tu pelo negro
con esa pequeña prominencia
de nariz pequeña,
ese pequeño hueco de pequeña boca
y ese tembloroso fulgor
de ropas sueltas.
Todo hubiera sido más fácil
de haber existido mañana.
Pero me dijiste
basta
antes de poder decir
ahora.
Me recordaste el camino.
¿Y por qué causa
recuerdo ahora el camino?
Si decir camino es decir ayer
(o sea muerto)
o, con un poco de esperanza,
decir mañana.
y entre ayer y mañana
estoy yo (o está hoy)
¡Maldito Hoy!
No.
Había quedado en no maldecir.
Digo entonces Hoy
como si dijera
árbol
o sitio
o estático.
Si no existiera tu pelo negro
todo sería más fácil:
me bastaría tomarte entre mis manos y ...
No.
ya estoy juntando ayer-mañana
con pluscuamperfectos
y proposiciones subjetivas.
Yo soy el nexo
entre álamo y serrucho,
hueco de boca y piyama,
prominencia de nariz y sábana,
verticales y camino,
el rojo inevitable con las ropas sueltas.
...............................................................
Dejame amarte,
te dije esta mañana.
Dejame amarte
con tu pureza de mujer inexistente.
Dejame olvidar, por un instante,
que existe todo lo que existe.
Aunque los roperos
no sepan decir más que
atrás, basta, ahora, selva
y rojo.
Aunque los piyamas
puedan acallar la ululancia
de los despertadores matutinos.
...................................................................
Ladrillo.
No sé por qué ahora dije ladrillo.
Por qué dije ladrillo
y no mañana-ladrillo
o ayer-ladrillo.
Podía haberlo dicho,
pero no,
dije
ladrillo.
Así, crudamente,
desaceitadamente dije ladrillo.
Tal vez quise decir hoy...
¡Otra vez Hoy...!
No.
Había quedado en no...
¿Ladrillo, entonces?
Ladrillo.
Hay que cruzar por las líneas blancas.
¿Otra vez dije camino?
Dejémoslo así.
¡Podías haberte acordado antes!
Es cierto, había olvidado
que no tenés antes.
quedémonos en mañana
¿querés?
Entonces cuidate muy bien
de no decir camino.
Recuerdo que...
¡No, no y no!
Pero ¿de dónde diablos saqué yo
que podía decir recuerdo
y permanecer en mañana?
Älamo...
¡No, tampoco!
Verano caluroso...
¡No, no!
Álamoserruchocaminoahora
atrasbastaselvarojopiyama
sábanasverticalesrejasladrillo.
Es inútil.
Aunque no hubieras nacido
ya estás muerta.
1967
Autor: Ernesto (de
“62 veces bis”)